Invita a tus hijos o educandos a rezar a nuestra madre celestial, la Virgen María.
Acompáñalos unos minutos y tu recompensa será eterna.
Querida y tierna madre mía María, ampárame,
cuida de mi inteligencia, de mi corazón,
de mis sentidos para que nunca cometa el pecado.
Santifica mis pensamientos, afectos, palabras y acciones
para que pueda a agradar a ti y a tu Jesús, Dios mío
y contigo llegue al paraíso.
Jesús y María recibo su santa bendición:
(Se inclina la cabeza)
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén