Muchos padres pueden confundirse al momento de criar a sus hijos: se debaten entre un estilo autoritario (controlador) y un estilo permisivo.
No hay que irse a los extremos de la crianza. Hay que tratar de ejercer una disciplina democrática o positiva, esto ayuda a los adultos a encontrarse en un terreno o camino de respeto, como punto intermedio entro lo autoritario y lo permisivo.
Este tipo de disciplina se sustenta el trato gentil pero firme, que enseña valiosas herramientas sociales y de vida.
El propósito de establecer límites es mantener a los hijos a salvo y adaptados al medio social.
Encontrar el punto intermedio es la clave para hacer de nuestros niños, niños felices, puesto que el estilo autoritario genera rebeldía, resentimiento y daño a la autoestima. Así como un estilo permisivo solo genera manipulación, niños engreidos, tiranos, dañando de igual manera su autoestima.
La disciplina positiva fomenta habilidades duraderas.
Referencia: crianzapositiva.org